El quiosco más antiguo de Madrid
El quiosco de Serrano 74 es uno de los más antiguos de Madrid. Iván Martín Sosa es, desde hace cuatro años, el último quiosquero de una saga familiar que comenzó con su abuelo.
Con tan solo 15 años empezó ayudando a su padre. «Entonces el frío era el mismo que ahora». Cuenta Martín que este es un gremio muy duro, «yo me levanto a las cuatro y media de la madrugada, salgo de casa y no vuelvo hasta pasadas las ocho de la tarde. Estoy 16 horas del tirón trabajando».
Según la Asociación de Vendedores Profesionales de Prensa de Madrid, los inicios de los quiscos se remontan a diciembre de 1944, cuando Luis Encabo Carballo consiguió el permiso para vender periódicos en el número 70 de la calle Serrano, justo al lado del actual, después de 40 años vendiendo la prensa de forma ambulante. Este permiso, sin embargo, únicamente le dejaba vender en ese punto, no construir una caseta, algo que se le concedió en 1967.
Con el paso del tiempo, el quiosco ha ido cambiando y han ofrecido noticias de todo tipo. Iván conoce qué receta permite ser rentable en el siglo XXI. «Hay que conocer a la gente, empatizar con ella, eso es muy importante», explica, porque, además de internet, en la mayoría de establecimientos se vende lo mismo: «Hay que dar un valor añadido». Iván tarda entre tres y cuatro días en saber qué periódico compra cada cliente. «Es magnífico, tiene una memoria prodigiosa, se acuerda de todo, de lo que compro yo y de lo que compran mis nietos también», confirma Luis Loren, vecino del barrio y cliente habitual. «Aquí te cuenta sus batallas, historias y problemas todo el mundo», subraya entre risas el quiosquero, quien admite que, además de vender la prensa, también hace las veces «de psicólogo».
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